Formas en las que el microondas puede afectar a tu salud
El microondas es uno de los electrodomésticos más utilizados en todo el mundo. La rapidez con la que nos permite recalentar, cocinar o descongelar comida hace más sencillo nuestro día a día.
No hay duda de que es práctico, útil y rapidísimo, pero, ¿estamos poniendo en peligro nuestra salud usándolo?
Cuando preparamos alimentos en el microondas y no los cocinamos durante el tiempo suficiente se genera la reacción de Maillard. Se trata de una compleja interacción química entre azúcares y proteínas que provoca el oscurecimiento de los alimentos que puede ocurrir tanto durante el calentamiento como por el almacenamiento prolongado de los mismos.
El calor del microondas no penetra en las piezas más gruesas de los alimentos por lo que suele ocurrir que no se cuecen por igual. Al no calentarse suficientemente la comida, algunas bacterias podrían sobrevivir y causar malestares gastrointestinales. Para evitar este posible daño para la salud, se recomienda dejar reposar la comida unos minutos antes de sacarla para que el calor se distribuya uniformemente.
Según explican las doctoras Odile Fernández, autora de Alimentación anticáncer, Montse Bradford y la bioquímica Olga Cuevas, algunos alimentos procesados en el microondas pueden perder hasta un 75% de algunos nutrientes como los antioxidantes. Las ondas electromagnéticas hacen vibrar las moléculas de agua de los alimentos motivando una fricción que genera calor desde el interior hacia el exterior alterando su estructura química.
Los alimentos preparados en microondas tienen menos sabor que los que se calientan o cocinan en un horno convencional. Según una investigación realizada en el Departamento de Química del Sabor y Aroma del Centro Nacional de Investigación Tahrir St. Dokki en El Cairo, Egipto, esto sucede porque, como decíamos antes, en el microondas la comida no se calienta uniformemente y ciertos compuestos químicos se evaporan, lo que produce que la comida pierda o modifique su sabor original.