Marc Anthony: Reseña de la inmortalidad de una leyenda en el Rommel Fernández
Fue hermoso, Hace años no la pasaba tan bien, Gracias por esta noche, estuvo fantástico, ese es mi artista! Frases que entre el público asistente y que a tambor batiente hacían retumbar el coliseo de Juan Díaz, el mítico estadio Rommel Fernández, aquel que hace menos de un año vibró por un gol y que la noche de ayer simplemente logró sublimar por la figura de esa gran leyenda.
“Marc Anthony y Gente de Zona” se mostró como la apuesta arriesgada que propuso la productora Magic Dreams al pueblo panameño, no porque no hubiese venido antes a nuestro vetusto suelo, sino por el escenario que planteo, en un lugar donde o lo haces bien o fracasas. Sin embargo, cual buen jugador de póker, la productora mostró que tenía la mejor mano para el público, puesto que fueron más de 20 mil almas que respondieron y llenaron como casi nunca se había visto tan imponente venue y que a diferencia de un juego de poker, aquí todos ganaron.
Como reloj Suizo se fue llenando a las horas esperadas cada una de las áreas estipuladas para el concierto y ojo que llenar el Rommel Fernández no es cosa fácil de organizar, por lo que la logística logró un cuadro en formación maravilloso, al poder apreciar poco a poco como se abarrotaba el estadio de gente feliz, si ese adjetivo calificativo que cuesta tanto lograr en muchos eventos y que es lo que se aspira.
Todo para que cuando una de las leyendas vivientes de la salsa saliera al escenario, tuviera en las gradas el mejor mosaico de público emocionado, con sus cámaras listas para recibirlo a la par de los gritos de euforia que a este punto ya debe estar acostumbrado. En este punto precisamente sería injusto no darle merito ni crédito a los grandes artistas que lo precedieron, tanto Gaitanes que estando anoche en la meca del fútbol panameño, lograron encender motores entre todos sus éxitos, con Sube la marea, himno de la sele para el mundial, para luego darle paso a los primeros invitados internacionales, Gente de Zoooona, mismos que con su popular grito de guerra -si, se que el nombre del grupo lo leíste con la voz del cantante- irrumpieron por primera vez en el Rommel Fernández a ritmo de sus éxitos internacionales que han interpretado con artistas de la talla de Enrique Iglesias, Jesse y Joy, Chyno, JLo y el mismo Marc Anthony.
Importante: la gente en esta parte de la noche no solo recordará esas canciones, sino que también recordará todo el sabor cubano que entregaron en la tarima y como lograron un momento épico al ser secuaces de un cubano con 20 años en Panamá y que frente a 20 mil personas en tarima le propuso matrimonio a su novia… vaya que sabe cómo hacer las cosas en serio sin posibilidades de dar marcha atrás con tantos testigos ;)
Luego de tanta energía y de unos minutos de espera, Marc Anthony en Panamá comprobó que fue más de lo que puedes esperar, fue más que solo un cantante de los que complacen al público con canciones que conocen, fue más que aquel artista que necesita material audiovisual en las pantallas para impresionar, fue más que aquella idea de que sería una noche de concierto más. El Rey de la Voz de Puerto Rico, la noche de este martes 07, transmuto de cantante a prácticamente perfecto director de orquesta de 20 mil almas, pues supo cómo llevar en un viaje maravilloso a cada uno de los asistentes, desde provocar el ritmo con los pies y el sonido con las palmas, hasta entusiasmar y crear las sinfonías a viva voz por parte de su público, mismo que irónicamente se transformó en artista cuando cantaban todas y cada una de las canciones para que el artista sonriera al ver que Panamá será para al menos 2 generaciones, territorio de Marc Anthony.
Pocos artistas pueden decir que logran transmitir el espectáculo y la energía que el boricua entrega, ya que canción tras canción atrapó cada momento, en cada canción una historia y en cada letra una alegoría a la vida, esto fue lo que se vivió y que se espera revivir, porque tal como dijo al cerrar su show “hay que reir, bailar, gozar y vivir la vida la la la la”