Las mascotas sufren con la dependencia al celular
Según el grupo de campaña Digital Detox, los adultos pasan un promedio de 9 horas y 30 minutos al día mirando una pantalla, más tiempo del que duermen.
En ese sentido, una investigación publicada el año pasado reveló que vemos nuestros teléfonos inteligentes alrededor de 4 mil veces al año sin ningún motivo aparente, es decir, sin haber escuchado una notificación de mensaje o llamada entrante ni buscar hacer algo en específico con él.
Asimismo, cada día desbloqueamos nuestro teléfono 28 veces, y más de un tercio de las veces es impulsivo e innecesario. Las aplicaciones que más visitamos son Facebook, WhatsApp, Gmail e Instagram, según la encuesta. Más del 40 por ciento de las 10 mil veces que los usuarios revisan teléfonos inteligentes cada año, es por comportamiento compulsivo.
Por su parte, un estudio señala que las mascotas también sufren al no recibir la atención que necesitan de parte de sus dueños. Los más afectados son los perros, que pueden sentirse tristes cuando sus dueños enfocan la mayor parte de su atención hacia una pantalla, e incluso pueden desarrollar problemas de comportamiento como resultado, advierten los expertos.
Al respecto, el cirujano veterinario y fundador de VetUK, Iain Booth, señaló “Gran parte de esto se reduce al papel que tienen los perros como animales de manada. Al no recibir atención del humano con el que se han unido, las mascotas pueden ponerse tristes y emocionalmente distantes. Para entender lo que está pasando, tenemos que mirar los principios básicos de cómo un perro interactúa física y emocionalmente con un ser humano. Tú diriges cada faceta de su vida: lo entrenas, alimentas, le muestras donde tiene permitido hacer sus necesidades y fomentas su desarrollo”.
Mientras que la veterinaria Amber Pickworth, puntualizó “Instaría a la gente a guardar sus teléfonos cuando están con sus perros. Puede pensar que está pasando tiempo de calidad con su animal cuando lo lleva a caminar, pero en el momento en que sale el teléfono, la dinámica cambia sin que siquiera se dé cuenta. Después de todo, como dice el refrán, un perro puede ser una pequeña parte de tu mundo, pero tú eres su mundo entero”.
