Códigos de Guerra

Filmada en Hawai, este filme nos lleva al año 1941, cuando Estados Unidos declara la guerra a Japón y comienza la guerra en el Pacífico con el fin de llegar a las costas niponas. Esta etapa fue muy lenta y brutal, ya que los japoneses rompían constantemente las comunicaciones codificadas retrasando los objetivos, por lo que Estados Unidos, reclutó a cientos de indios navajos para que con su idioma confundieran a los enemigos y éstos no pudieran descifrar sus mensajes.
Códigos que durante la batalla de Saipan deben proteger a toda costa. En este escenario, el sargento Joe Enders (Nicolas Cage), como tantos otros marines, deberá proteger a un indio llamado Ben Yahzee (Adam Beach), es uno de los portadores de códigos, considerado un arma secreta por los Estados Unidos. Pero por sobre todo deberá salvaguardar su código navajo Talker TM, la nueva arma confidencial de los marines, tanto así que si algún indio es apresado por los japoneses, el soldado guardaespaldas deberá matarlo, con el fin de proteger el código. Es ante esta orden, que Enders se cuestiona el tener que eliminar a su compañero si su protección falla.
Destaca la creatividad con que las secuencias de guerra conmuevan al espectador tanto por el drama humano que representan como por su potencia y belleza gráfica.
Códigos que durante la batalla de Saipan deben proteger a toda costa. En este escenario, el sargento Joe Enders (Nicolas Cage), como tantos otros marines, deberá proteger a un indio llamado Ben Yahzee (Adam Beach), es uno de los portadores de códigos, considerado un arma secreta por los Estados Unidos. Pero por sobre todo deberá salvaguardar su código navajo Talker TM, la nueva arma confidencial de los marines, tanto así que si algún indio es apresado por los japoneses, el soldado guardaespaldas deberá matarlo, con el fin de proteger el código. Es ante esta orden, que Enders se cuestiona el tener que eliminar a su compañero si su protección falla.
Destaca la creatividad con que las secuencias de guerra conmuevan al espectador tanto por el drama humano que representan como por su potencia y belleza gráfica.