Lena Headey rompe su silencio y narra una terrible experiencia con Harvey Weinstein

Lena Headey rompe su silencio y narra una terrible experiencia con Harvey Weinstein

person access_timeOct 19, 2017 show_chart1266 Vistas chatComentarios

Otra víctima de Harvey Weinstein ha decidido romper su silencio y se trata nada menos que de la intérprete de Cersei  Lannister en ‘Game of Thrones’, Lena Headey.

A través de su cuenta en Twitter, la actriz narró a sus seguidores cómo conoció al que ahora es el productor de cine más detestado del mundo: “La primera vez que conocí a Harvey Weinstein fue en el Festival de Cine de Venecia. ‘The Brothers Grimm’ se iba a proyectar (durante la alfombra roja fui objeto de un bullying continuo por parte del director Terry Gilliam)".

Headey afirma que el productor la invitó a dar un paseo por los canales: "Anduve con él, paró e hizo algunos comentarios sugerentes, un gesto. Me reí, estaba impactada. Recuerdo pensar que debía de ser una broma. Dije algo como...’¡Sería como besar a mi padre!’. Volvimos para tomar algo con el resto. Nunca volví a participar en una película de Miramax”.

El siguiente encuentro fue el que más marcó la vida de la actriz: “Fue en Los Ángeles. Años después. Siempre pensé que nunca volvería a intentar nada conmigo otra vez, no después de reírme y decirle que nunca, ni en un millón de años. Creí que él respetaría mis límites y quizá quería hablar sobre un proyecto potente […] Desayunamos juntos, hablamos de películas, de hacer cine. Me hizo algunas preguntas sobre mi vida amorosa. Cambié de tema hacia algo menos personal. Fue entonces cuando se marchó al baño y, cuando volvió, dijo: ‘Vamos a mi habitación. Quiero darte un guión’”.

Fuimos hacia el ascensor y la energía cambió”, agregó la actriz,  “Todo mi cuerpo estaba en alerta máxima. El ascensor seguía subiendo y le dije a Harvey: ‘No estoy interesada en nada más que en el trabajo. Por favor, no pienses que estoy aquí por cualquier otra razón. No va a pasar nada’. No sé qué me poseyó para hablar en ese momento. Solo sé que tuve un fuerte sentido de que no se acercara a mí. Se quedó callado cuando hablamos, furioso. Salimos del ascensor y caminamos hacia su habitación. Su mano estaba en mi espalda y caminaba detrás de mí, sin decir una sola palabra. Me sentí completamente indefensa. Intentó abrir la puerta de la habitación con la llave pero no funcionaba, y ahí fue cuando se enfadó de verdad. Me acompañó de nuevo al ascensor, cruzando todo el hotel hasta el parking agarrándome del brazo, pidió que trajeran mi coche y me susurró al oído: ‘No hables con nadie sobre esto. Ni a tu manager ni a tu agente’. Me metí en el coche y empecé a llorar".



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