Victoria Beckham, más de 10 años de un imperio de moda y familia

La diseñadora de modas, con un imperio valorado en millones de euros, Victoria Beckham, además de ser la esposa del ex futbolista David Beckham , protagonizó junto a su familia la portada del número de Vogue UK de octubre. 

Es un poco inusual la imagen donde se le dibuja una media sonrisa, la cual no había aparecido jamás ni siquiera cuando fue en Wannabe con un vestido negro y coro la lanzó a la fama. 

Existen dos portadas: una de Victoria con sus retoños al lado de su perra Olive y otra con su esposo. En ambas ella es la protagonista, resultando fascinante la transformación de Victoria, teniendo todo lo que siempre ha querido y a pesar de que parecía había tocada ya el techo, se reinventó nuevamente.

Ella era la Posh, la pija, la discreta y quizá la menos imitada por las niñas por ese perfil bajo de las Spice Girls, pero hoy en día es la modelo que todas quieren ser. Se ha convertido en paradigma del lujo discreto y ella misma es su mejor maniquí: ha vestido sus propias creaciones para las bodas de los príncipes Guillermo y Enrique.

Su empresa está valorada en más de 110 millones, facturando más que su esposo, con quien se casó en julio de 1999 y con quien tiene cuatro hijos : Brooklyn, de 19 años, que vive en EE UU y ha arrancado su carrera como fotógrafo; Romeo, de 16; Cruz, de 13; y Harper, su única hija, de siete, y la que en la entrevista con Vogue califica del “cerebro de la familia”: “Quiere ser inventora”.

“La gente se inventa cosas sobre nuestra relación desde hace 20 años, así que David y yo estamos bastante habituados a ignorar las tonterías y a seguir comos siempre”, comenta la distinguida con la Orden del Imperio Británico en 2017, que también se sincera: “Pero esas cosas tienen más efecto en la gente de nuestro alrededor, y es injusto”.

“Ambos sabemos que somos más fuertes juntos que de forma individual”, reconoce en Vogue sobre su familia y, sobre todo, sobre su pareja. Y lanza la pregunta que muchos, dos décadas de matrimonio y negocios después, se hacen. “¿Estaríamos en la posición en la que estamos ahora si no nos hubiéramos conocido y hubiéramos estado juntos estos años?”. Ella responde que “todo es cuestión de unidad familiar”. Una unidad en la que no caben ni las sonrisas.