Su esposo la obligaba a prostituirse y a comer su excremento

Los casos de maltrato a la mujer cada día son mayores, y lo más terrible del asunto, es que mucho de los perpetradores salen impunes de sus abusos porque en la mayoría de los casos la mujer -por miedo- no llega a denunciarlo nunca.

Cuando nos enamoramos podemos llegar a hacer cosas muy 'locas' y atrevidas por nuestra pareja, pero en este caso no hay límites. Sonia tenía 16 años cuando conoció a José, aunque era muy joven sabía que quería estar con él para toda la vida, así que al poco tiempo quedó embarazada de su primera hija, y poco después llegaron dos pequeñas más. Cuando Sonia y José tuvieron a su tercera hija, su matrimonio empezó a desmoronarse.

Ninguno de los dos trabajaba, por lo que no podían mantener a sus hijas y debieron acudir a servicios sociales, fue así como se desató el caos. José obligaba a su mujer a prostituirse para comprar cocaína, pero como eso no era suficiente, la golpeaba, la violaba y torturaba, y cuando ella se resistía a él, hasta la hacía comer su excremento.

Fue uno de los casos de violencia más sonados en Francia, según el diario France Bleu quien siguió la historia de agresión y tortura de Sonia, en el más reciente juicio, la hija mayor de la pareja llegó a decir que la violencia doméstica era tal, que su madre no era una mujer, sino un saco de boxeo.

Sonia nunca se atrevió a denunciarlo porque prácticamente se volvió una mujer sumisa viviendo con gran temor. Actualmente ella tiene unas cuantas cicatrices, un labio deformado, y un daño psicológico irreparable. La noticia salió a la luz cuando en 2013 servicios sociales le quitaran a sus hijas y la mayor de ellas hablara. Sonia está bajo tutela y sus hijas en hogares de acogida.