Olas congeladas

El gélido clima atmosférico sumado a las temperaturas del agua pueden congelar las olas del mar, pero para ello debe estar dadas las condiciones atmosféricas de un frío extremo para poder observarlas.

Temperaturas extremas por encima de los -10 grados son necesarias para poder observar este fenómeno, ya que el agua del mar en proporción a su salinidad y su mayor densidad, tiene su punto de congelación a los -2 °C. Tanto en Europa como en América, en el Océano Atlántico se han registrado olas del mar congeladas cuando las temperaturas atmosféricas llegan los -20 °C o menos.

El agua dulce, por la falta de salinidad facilita su congelación, es por ello que las olas congeladas se presentan en los grandes lagos de Norteamérica, o en Siberia.

En el norte de Japón y las zonas polares comúnmente se ve este fenómeno, aunque al ser áreas de difícil acceso sea casi imposible de presenciar y poder inmortalizar el momento.