El origen de las notas musicales

El monje benedictino Guido de Arezzo fue un teórico musical y es considerado el padre de la música occidental. Perfeccionó la escritura musical implantando el tetragrama, cuatro líneas de diferentes colores: Do= amarilla, Fa= Roja, La intermedio= negra, Mi= negra, y dando a conocer un sonido diferente a cada nota según su altura en el tetragrama.

Guido se dio cuenta que los monjes no lograban recordar en algunas ocasiones los cantos gregorianos y por ello decidió crearlas. La notación neumática del gregoriano está basado en cuatro modulaciones de la voz, su particularidad en estas partituras es que no se anotaban el tiempo ni el ritmo por lo que era imposible repetirlas si no las habías escuchado.

Guido implantó una serie de seis notas con distancias fijas entre ellas: 2 tonos enteros inferiores, 1 semitono central, 2 tonos enteros superiores. Además dio nombre a las notas musicales e inventó un sistema de anotación nemotécnica llamado la mano guidoniana.