¿Cómo identificar los trastornos de ansiedad?

A lo largo de nuestra vida hemos sentido momentos de ansiedad. Este trastorno actúa como un mecanismo de defensa ya que, si la persona se encuentra en cuadro de estrés, el cuerpo sufre cambios fisiológicos como tensión muscular, aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, etc. le permite a la persona afrontar la situación para luego recuperar su estado.

La clínica Anglo Americana señala que los trastornos de ansiedad se caracterizan por la presencia de temor, inseguridad o preocupaciones persistentes que interfieren con la calidad de vida de las personas que las padecen.

Pero, ¿cuáles son las clases de trastorno de ansiedad que existen y cómo identificarlos para recibir un tratamiento oportuno? Aquí te presentaremos solo algunos. Sigue leyendo.

-Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)

Este trastorno se caracteriza por la preocupación excesiva y persistente en diversas áreas de la vida (salud, familia, trabajo, economía, etc) y que se acompaña de inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta, fácilmente fatigado, con dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco, irritabilidad, tensión muscular y problemas de sueño.

-Trastorno de pánico

Se manifiesta por la recurrencia de crisis o ataques de pánico caracterizados por la aparición súbita de un miedo intenso, miedo a morir, pérdida de control y acompañado de la presencia algunos síntomas físicos como disnea, sensación de asfixia, dolor en el pecho, palpitaciones, sudoración, temblor, mareos, náuseas, sensación de desmayo, escalofríos, bochornos, adormecimientos, hormigueos, despersonalización, desrealización y la sensación de estar volviéndose loco.

-Fobia social

Se caracteriza por el temor y la ansiedad a exponerse a una situación social donde percibe que podría ser evaluado como el hablar con otras personas, conocer gente nueva, ser observado haciendo alguna actividad, dar exámenes o tener una entrevista de trabajo; el miedo intenso está en relación a la posibilidad de “hacer el ridículo” y sentirse humillado o avergonzado.