De médico a músico
Juan Pomares, un joven de aspecto robusto que creció sin figuras paternas y que fue acogido por una maestra de canto quien le dio seguridad, estabilidad y además lo ayudó a desarrollar sus cuerdas vocales, las cuales son la fuente de su talento.
En un principio quiso ser médico, pero luego se dio cuenta que no le gustaban las tareas y mientras decidía que rumbo le daría a su vida, su maestra María Urriola, se dio cuenta de la habilidad auditiva de Juan mientras este se entretenía aprendiendo piano en el coro de una congregación religiosa.
Es así como decide ingresar a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá, donde se encontró con la guía de Irena Sylya, una soprano de renombre internacional, y lo ayudó a mejorar progresivamente hasta que al fin en el 2012 en el Concurso Rivelas, se distinguió como la mejor voz masculina de Panamá.