5 trastornos psicológicos reflejados en películas de Disney

Todos los cuentos de hadas tienen su lado oscuro y los de Disney, a pesar de que siempre tienen un final feliz, no son la excepción. Los villanos, los personajes atormentados y las obscuras tramas no solo contienen lecciones para las jóvenes audiencias sino también algunos inquietantes padecimientos y trastornos psicológicos que se apegan a la mitología de cada cuento:

1.- Complejo de Cenicienta: El término fue acuñado por primera vez en el libro Complejo de Cenicienta escrito por la psicoterapeuta Colette Dowling. Este padecimiento detalla la forma en que algunas mujeres tienden a hacerse dependientes de los hombres para evitar las responsabilidades del individualismo. La autora considera que los síntomas se desarrollan mientras la persona va envejeciendo, sin embargo la Organización Mundial de la Salud sigue sin reconocerlos.

2.- Síndrome de Blanca Nieves: La psicóloga Betsy White es la autora de esta idea, la cual expone el creciente problema de vanidad excesiva en la sociedad contemporánea. Según White, la idea de que la belleza, la imagen y la juventud son los secretos de la felicidad hace que millones de personas enfrenten severos cuadros depresivos al llegar a la vejez.

3.- Efecto Pinocho: Estudios realizados en la Universidad de Granada demostraron que la nariz del ser humano puede experimentar algunos cambios físicos ante las mentiras, como un leve incremento de la temperatura, una inflamación o enrojecimiento.

4.- Síndrome de Rapunzel: Este trastorno psicosomático puede comenzar a mostrarse a temprana edad, llegando a su consolidación como hábito aproximadamente a los 12 años. Deriva de la ingesta compulsiva de cabello, ya sea de las pestañas, cejas e incluso vello púbico. Suele vincularse a estrés y puede causar serios problemas gástricos, psicopatías o depresión.

5.- Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas: Se trata de un cuadro clínico alarmante en el que los pacientes sufren distorsiones visuales de los objetos, relaciones espaciales y el propio cuerpo. Aunque en la mayoría de los casos los síntomas desaparecen al poco tiempo, en muchas personas se manifiestan durante toda la vida de dos maneras: haciendo que vean todo más grande o más pequeño.