Una mujer predijo el ataque a Troya y nadie le creyó

Casandra, la hija del Rey de Troya había nacido con un don muy especial junto a su hermano gemelo Heleno, ambos tenían el poder de ver el futuro. La joven tenía una lista interminable de pretendientes, seducidos por su belleza y sus misterios talentos, pero ella no solía prestarles atención. Todo cambio cuando Apolo, uno de los dioses más importantes de la mitología griega, se enamoró perdidamente de los talentos de Casandra quien no estaba muy interesada, por estar muy perturbada por sus constantes visiones. Apolo le ofreció un trato a Casandra de ayudarla a dominar sus poderes a cambio de su amor eterno y ella acepto, pero a la hora de cumplir con su parte del trato se arrepintió. Apolo enfurecido la maldijo como nunca antes lo había hecho, le declaro su odio eterno y una vida llena de infortunios.

Luego de eso todas sus profecías eran ciertas pero nadie le creía, la consideraban como la loca del pueblo, que había perdido totalmente la cabeza, algo que la lastimaba y la llevo al borde del abismo. En una de sus visiones Casandra vio como un grupo de soldados se metían en un caballo inmenso de madera, había descubierto la estrategia más famosa de toda la antigua Grecia, “El caballo de Troya”. Pese a los intentos de Casandra de advertirle a la gente, nadie le creyó pues nadie se imaginó que lo que ella decía era verdad y que la historia hubiera sido distinta si hubieran escuchado  sus advertencias.