Un tanque de privación sensorial para aliviar el estrés. ¿Te atreverías?

Estar solo en la completa oscuridad, flotando en agua salinizada en una piscina personal, es lo que te ofrece el Sensory Deprivation Tank, un tanque de privación sensorial que fue creado por John Lilly, un médico psiquiatra y neuro científico  en 1954, para estudiar cómo afecta al comportamiento, el reducir la percepción de luz, sonido y gravedad.

El científico evaluó durante 10 años los beneficios del tanque, y ofreció excelentes resultados a personas que sufrían de estrés, ansiedad o depresión. En su momento, intentó experimentar empleando drogas como LSD, la cual era legal en ese tiempo en Estados Unidos, sin embargo, dejó de lado la idea, pues los resultados del tanque por sí solo eran suficientemente positivos.

El tanque ofrece una atmosfera tranquila y particular, con agua templada y con altos índices de sal (para que el cuerpo flote), luces de neón u oscuridad total, lo que brinda al visitante una experiencia única. Según los testimonios de los clientes, explican que al inicio el proceso de adaptación es un poco incómodo, pero que luego de unas horas el cuerpo se relaja totalmente y la mente se enfoca en disfrutar el silencio y la tranquilidad.

Para personas que sufren de depresión, ansiedad o estrés, es recomendable asistir por lo menos dos veces al mes.