Un bosque familiar podría ayudar a salvar el planeta

Un bosque que se encuentra al noreste de Oregón es propiedad de la familia de Eve Lonnquist, desde el año 1919 cuando la abuela decidió comprar el terreno, y el padre de los actuales dueños, quien aún está con vida a sus 95 años, aún vive en dicha propiedad que tiene una extensión de 64 hectáreas.

Pero en los últimos días Lonnquist, de 59 años de edad, ha pensado constantemente en el futuro de este inmenso terreno que le pertenece a su familia, pues le gustaría ver que el bosque, que cuenta con cerezos, abetos Douglas y alisos, esté protegido de la tala indiscriminada o que se lo vendan a constructoras, pues asegura que para ellos se trata de “la historia de nuestra familia”, además que no quiere dejar de tener ingresos por esas tierras, por  lo que muy probablemente lo que haga sea capitalizar la capacidad del bosque para limpiar el aire, es decir, que convertirá el carbono que allí se almacene en créditos, los cuales posteriormente serán vendidos a contaminadores que necesitan compensar su huella de carbono.