Panamá celebrará beatificación de Juan Pablo II

Panamá celebrará beatificación de Juan Pablo II

person access_timeApr 24, 2011 show_chart1913 Vistas chatComentarios

El próximo 1 de mayo, el Papa Juan Pablo II será beatificado en una ceremonia que presidirá Benedicto XVI, quien durante muchos años fue su primer colaborador como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Panamá se une a esta gran celebración en donde invita a todos sus feligreses para que se unan a las diversas actividades que realizará el 1 de mayo próximo para celebrar la beatificación de Juan Pablo II.

El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, y el nuncio apostólico en este país, Andrés Carrascosa Coso, dijeron a los periodistas que la actividad principal consistirá en una misa de acción de gracia por la beatificación de Karol Wojtyla.

La misa tendrá lugar en el centro de convenciones Atlapa, en la capital panameña.

El nuncio apostólico en Panamá pidió a los ciudadanos que se unan a los católicos para celebrar esta misa y "dar gracias a Dios por la beatificación de esta gran figura" que es Juan Pablo II.

La beatificación de Juan Pablo II está considerada como un evento histórico único, porque en los últimos diez siglos de la Iglesia católica ningún Papa ha proclamado beato a su predecesor.

Papa Juan Pablo II al que casi todos hemos conocido y seguido en su largo pontificado, nos aproxima a la santidad. El reconocimiento de la santidad no recae en este caso sobre alguien lejano en el tiempo, al que conocemos gracias a la historia y a sus biografías. Esta beatificación pone ante nuestros ojos un ejemplo de santidad de un Papa que ha sido contemporáneo nuestro, al que hemos visto y con quien podemos afirmar que hemos convivido, sobre todo gracias a los medios de comunicación.

Los santos y las santas son verdaderos testigos de la fe y han sido siempre fuente y origen de renovación en los momentos más difíciles.

En cuanto a Juan Pablo II, hemos de agradecer lo que hizo dentro y fuera de la Iglesia en su pontificado de veintisiete años de duración, que ha sido uno de los más largos de la historia de la Iglesia. En su servicio al mundo de hoy, se ha de remarcar su aportación a la caída del Muro de Berlín, con todo lo que significó para la unidad de la Europa Oriental y Occidental. Y también su defensa de la paz, de la dignidad de cada persona humana y del respeto a los derechos humanos.



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