No la tiene fácil Michel Temer en Brasil

No la tiene fácil Michel Temer en Brasil

person access_timeMay 13, 2016 show_chart1035 Vistas chatComentarios
Michel Temer asume una presidencia para la que tiene igual o peor apoyo que Rousseff, y que aún pende de un hilo. El nuevo cargo le da un fuero privilegiado, pero no frente a una demanda interpuesta ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) por falsificación en las cuentas de la campaña de reelección junto con Dilma en el 2014. De fallarse esta en su contra, Temer y Rousseff serán inmediatamente destituidos, con lo que la presidencia recaería en el pintoresco titular de la Cámara de Diputados, Waldir Maranhao.

“Habrá un choque de credibilidad. El simple cambio de Gobierno, después de tanto tiempo de turbulencia populista-izquierdista, devolverá la confianza a los inversionistas. El nombramiento como ministro de Exteriores del excandidato presidencial conservador José Serra hará probablemente que Brasil abandone la diplomacia demagógica de aproximación con Venezuela y países afines, practicando una política externa enfocada en el retorno al comercio”, le dijo a este periódico el analista Bolívar Lamounier, director de Augurium Análisis.

Pero Desde agosto del año pasado, Michel Temer acariciaba el poder en Brasil. “La situación del país es grave. Se necesita alguien con capacidad para reunificar al país”, dijo en ese momento.
 
Temer se ganó una reputación de estar por encima de las refriegas. Pocas veces eleva la voz, quienes lo conocen dicen que nunca maldice y evita la gesticulación grandilocuente y teatral que es común en sus pares durante los debates.Una imagen que le valió el apodo del “mayordomo de una película de terror” entre sus adversarios políticos. “Temer es firme, pero no agresivo. Habla, pero no demasiado. Es un hombre contenido. Ha mostrado que puede negociar con cualquiera, de derecha o de izquierda”, dijo Eliane Cantanhede, comentarista política del diario O Estado de São Paulo y Globo TV.
 
Quienes lo apoyan dicen que eso le permitirá resolver cosas. “Es un hombre que tiende puentes políticamente y logrará el respaldo parlamentario necesario para sacar adelante las reformas debidas para revivir la política y la economía”, afirmó Darcisio Perondi, miembro del PMDB. Sin embargo, otros estiman que su actitud lo distanció de los brasileños a tal punto que, según un sondeo de Datafolha, en unas eventuales elecciones tendría entre el 1 y 2 por ciento de intención de voto.

“Dicen que tengo que cambiar mis maneras, que soy demasiado ceremonioso. ¿Pero cómo? Siento envidia de quien hace bromas. Yo no sé hacer eso”, contó a la revista Piauí en 2010.
 
Ahora para cumplir su sueño de “salvar” a Brasil, el presidente interino tendrá que esquivar una amenaza de juicio político que podría truncar sus planes, presentada por motivos similares a los que han obligado a Rousseff a apartarse del poder: firmar decretos que facilitaron el maquillaje de las cuentas públicas en los dos últimos años.


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