La retorcida teoría que explica cómo se creó el universo de Cars

La serie de películas de Cars se dan en un universo muy parecido al nuestro, pero totalmente libre de humanos, o por lo menos hasta donde se puede saber. Jason Torchinsky, columnista de gizmodo.com encontró una teoría que explica la ausencia de toda la vida animal en este mundo que esencialmente es nuestra Tierra.

La idea de automóviles con la misma inteligencia de un humano, las habilidades de producir tecnología y la civilización organizada, va a la par con nuestro siglo XXI. Sin embargo, aunque simplemente se acepte como es, sin más que un universo de autos vivientes, existen algunos detalles que sugieren que hay más de lo que parece.

Principalmente, los elementos que mantienen los autos que solo son necesarios si existiesen humanos, como las puertas, manillas y retrovisores. Además, el hecho de que hablen idiomas humanos, y adopten ciertas culturas y acentos propios de los humanos.

La teoría de Torchinsky apunta a que hay seres humanos dentro de los vehículos, y son ellos la fuente de la personalidad del auto, su inteligencia y todo. Según él, el universo de Cars nació muchas décadas atrás con respecto al tiempo real, y que con la llegada de los autos autónomos, aquellos conductores "clásicos" que amaban sus coches, decidieron apartarse de la comunidad que los marginaba cada vez más.

Luego sucedió algo catastrófico que acabó con toda la vida animal e hizo que la vida en el exterior fuese peligrosa, y solo aquellos conductores 'clásicos' que decidieron apartarse sobrevivieron. Al final acabaron por desarrollar caras cibernéticas estableciendo el camino de la evolución humano/automóvil.

Con el paso del tiempo la relación entre el hombre y el auto se hizo cada vez más fuerte, por lo que los autos se convirtieron en el soporte  de vida de los humanos, para mantenerlos a salvo pero aislados del mundo. Utilizaron ingeniería genética para poder entrelazar la vida humana sustentable dentro del auto, incluso que los hidrocarburos que alimentan al coche, también alimentaran al humano.