La dueña de un restaurante, expresó: ‘Si hubiese sabido el problema en el que me metía, no escogía a este país’

Una joven suramericana llamada Sofía, vio en Panamá un lugar ideal para crecer, sin pensar que pasaría malos momentos con su restaurante.

Normalmente su negocio está lleno, las personas disfrutan de su comida. Sin embargo, cada vez que un funcionario pisa su restauran el sueño se torna gris.

Cuatro de las cinco personas que trabajan en su negocio son extranjeros. Por lo tanto, no tienen permisos de trabajo. Según ella expresó los contrató debido a la dificultad de encontrar personal local que esté capacitado o en su defecto extranjeros que tengas sus documentos en regla.

Es por ello, que siempre vive con miedo, debido a que por  cada uno tendría que pagar 500 dólares, si en algún momento migración llega al lugar, el Ministerio de Trabajo o el de Salud, "Conseguir personal en Panamá ha sido lo más complicado. Si hubiese sabido el problema en el que me metía, no escogía a este país", expresó.

Por otro lado, el negocio se ha mantenido por la solidaridad de algunos inspectores, quienes a cambio de no decir nada piden lo que hay en la caja.

Ahora, su futuro se ve más amenazado, debido a que hay una iniciativa para aumentar las multas a los empresarios que reinciden en la contratación de extranjeros indocumentados.

Domingo De Obaldía, El director de la Asociación de Restaurantes y Afines de Panamá (ARAP), considera la mencionada propuesta de las multas como una distracción, "Si por ejemplo yo contrato a una persona porque no tengo nacionales, y me multan, pago el dinero, pero el Gobierno a esa persona la tiene que deportar y no lo hace. Entonces me quieren aplicar una regla para decir que están haciendo algo, pero están recaudando fondos sin resolver el problema", dijo.