La ciencia nos explica por qué perdemos el apetito luego de un desamor

Todos hemos pasado por una decepción amorosa, y sabemos que entre las primeras cosas que nos pasan -además de llorar como magdalena- es que perdemos el apetito. Aunque en el cine podemos ver que luego de una ruptura corremos a llenar nuestro estómago de chocolates y helado, rara vez sentimos deseos de poner comida en nuestro estómago, pues nos sentimos extraños y lo último que pasa por nuestra mente es comer.

Un escritor de los Países Bajos decidió investigar un poco más a profundidad este tema y descubrió  que luego  de un quiebre amoroso, las hormonas se descontrolan; nuestro cuerpo sufre bajo el estrés que se propaga rápidamente por el cortisol y hace incluso que tengamos un ritmo cardiaco más elevado, junto a dolores estomacales, por lo que obviamente, no vamos a querer comer nada.

De acuerdo con un profesor de neurobiología de los Países Bajos, nuestro cuerpo entra en modo de supervivencia. El cuerpo se prepara para lidiar con la situación y el sistema nervioso entra en acción, disminuyendo la rapidez de digestión y evitando que sintamos la sensación de hambre.

Luego que el shock inicial se desvanece, nuestro cuerpo vuelve a sentir hambre con normalidad, y como nuestros niveles de oxitocina están bajos -la hormona segregada cuando estamos enamorados o comemos chocolate- es normal que escojamos helados, pizzas y chocolates cuando volvemos a comer.