Importancia de una buena alimentación en los dos primeros años de vida

Importancia de una buena alimentación en los dos primeros años de vida

person access_timeJun 27, 2016 show_chart5579 Vistas chatComentarios
Uno de los periodos más importantes para el ser un humano sin duda alguna es el desarrollo infantil, sobre todo los dos primeros años del bebé. Por eso una buena alimentación es necesaria para ellos.
En esta primera etapa de vida los bebés experimentaran cambios en su desarrollo físico, motor, psicosocial e intelectual. Pero además, estos dos años es considerado una “ventana de oportunidad” para los nutricionista” debido a que una buena nutrición es vital para un desarrollo óptimo.

Pero alimentación balanceada debe iniciar desde la gestación indica  Hector Moreno en la segunda Jornada de Actualización  Nutrición y Dietética realizada en Chiriquí.  

El primer alimento de un neonato debe ser sin duda alguna la leche materna. Por eso las madres deben tener una  alimentación completa y balanceada que incluyan alimentos de todos los grupos alimenticios.  

La lactancia debe iniciarse desde la primera hora de vida, el bebé no debe recibir ningún otro alimento, ni bebida, ni siquiera agua, lo reitera la  Organización Mundial de la Salud. Este alimento aporta toda la energía y los nutrientes que el niño necesita por lo primeros 6 meses de vida. Pero luego de ello, los pequeños necesitaran más cantidad de hierro, calcio, energía y vitaminas.

En este punto, Moreno Esquivel, señaló que “los bocados se deben introducir junto a la lactancia materna, pero sin desplazarla. Además  que se debe evitar agregar sal y azúcar a las primeras papillas para no desplazar la aceptabilidad de la leche materna y para que los bebés se vayan acostumbrado al sabor natural de los alimentos”.

En los  seis meses serán incluidos los alimentos como: Mango, manzana papaya guayaba y pera. Verduras como: ñame, otoe y yuca. Pero podemos dejar a un lado los cereales; Avena y maíz.

Al llegar los siete meses se añade la zanahoria, zapallo y chayotes. Pero a los ocho meses ya se incluyen a su dieta los granos; frijol, lentejas, garbanzos y arvejas, de igual manera las carnes de res, pollo e hígado de pollo. Ya de nueve a diez meses el arroz, pan, fideos, macarrones, huevo y frutas cítricas.  

De manera progresiva se irán incorporando nuevos alimentos a la dieta del niño hasta incorporarlo al patrón de alimentación familiar.

Una alimentación balanceada disminuye el riesgo que el niño desarrolle enfermedades como: obesidad infantil, diabetes y alteraciones cardiovasculares.

“Optimizar la nutrición en esta ventana crítica del desarrollo humano no solo salva vidas sino también construye el capital humano” indicó Héctor Moreno.


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